La gimnasia, como forma de ejercicio físico, comenzó en la antigüedad. A partir del siglo XIX se consideró un deporte en sí. En Atenas, 1896 se consideró deporte olímpico, aunque sólo era practicado por hombres. A partir de los juegos de Ámsterdam, 1928 comenzaron a participar las mujeres también.
Al principio era inadmisible que participaran mujeres ya que no se les creía capaces. Incluso era tabú que una mujer exhibiese más que sus brazos.
La gimnasia femenina comenzó siendo un deporte mucho más artístico y delicado de lo que es hoy en día. La mayoría de movimientos contaban con muy poco riesgo y eran mayoritariamente pasos de baile realizados en distintos aparatos.
Tomemos por ejemplo las barras asimétricas. Al principio estaban apenas separadas y los movimientos eran muy similares a los realizados en ballet. Al ir separ
ando las bandas, las gimnastas comenzaron a girar sobre ellas y moverse de una a otra con mayor destreza y fluidez. Las bandas siguieron separandose año tras año hasta que las gimnastas comenzaron a saltar de una a otra y realizar complicados movimientos como mortales, agarres, salidas… A medida que las gimnastas demonstraban que eran capaces de más y de más, las barras ampliaban la distancia entre ellas hasta llegar a la separación actual.
Aunque no parezca algo digno de mérito, lo es. Las mujeres de la época fueron capaces de demonstrar al mundo que podían hacer movimientos como los de los hombres ya que estaban igualmente capacitadas que ellos. Esto marcó una diferencia en la historia del deporte en general ya que se empezó a tomar más en serio las competiciones femeninas y a las atletas.
Al igual que con las barras asimétricas todos los aparatos de la gimnasia femenina han ido evolucionando para poder dar paso a ejercicios y combinaciones más complicadas.
Gimnasia Artística Deportiva 